Amadas Chispas Divinas, Semillas Estelares de la Eternidad, despertad vuestros Sentidos Divinos. Vosotros sois Soles y haced brillar vuestra Luz aquí y ahora. No os limitéis, Hijos del Universo, la ilusión de incapacidad. Echad fuera vuestra limitación, porque sois iguales a Dios, pues fuisteis generados en Espíritu, iguales a Él, a Su Imagen y conforme a Su Semejanza, que es Divina, Inmortal y Eterna.
No os ilusionéis en la Materia Tridimensional en que estáis y no penséis que eso es la realidad, pues cada Plano o Dimensión tiene materia afín a esa misma Dimensión. El hecho de que estéis aquí en la Tercera Dimensión no impide que estéis en las otras, porque en verdad, lo estáis.
No estáis nunca separados del Padre, El Cual siempre está unido a Sus Hijos y participa constantemente de sus procesos. Nunca el Padre ignora lo que pasa en cada Espíritu por Él generado y por cada Alma creada. ÉL todo sabe porque ÉL vive en cada hijo. Todo es ÉL y nada está fuera de ÉL. Sabed oh Criaturas de Dios que ÉL os espera y pretende aprender con vosotros vuestras experiencias, pues por eso fuisteis generados, para ser extensiones de Dios, sois como esporas de Su Conciencia, que en vosotros va a germinar y permitir nuevos procesos de combinaciones y propuestas evolutivas.
Dios quiere aprender de vosotros. Dadle amorosamente vuestra experiencia, entregaros en Sus Manos y dejaros ir, pues Dichoso es aquel que tiene por Guía al Señor.
No os ilusionéis en la materia densa y no creáis en la muerte porque ella no existe. Es apenas un portal de pasaje entre las dimensiones más bajas y los que están inmediatamente a continuación. Daros unos a otros en el compartir incondicional de la vida, en que el otro no debe ser visto como el otro, sino una extensión de uno mismo, porque somos todos Uno.
Liberaros de las retenciones y acumulaciones porque no precisáis de nada más de lo que es necesario a lo inmediato. Todo lo demás os es superfluo. Dad uso a la Sabiduría y liberaros de la esclavitud del dinero, pues él es el dios Mamón que os condiciona. El dinero en si no es maléfico porque no tiene alma ni conciencia. No es él que hace el bien, ni que hace el mal, pero sí la mente y la conciencia de aquel que opera con él y hace mal uso de él. El dinero vino al hombre como un test necesario en una determinada etapa evolutiva de su conciencia.
Usad el discernimiento y no hagáis mal entre vosotros, fruto de las malas elecciones. Limpiaros de todo el mal y uniros a Dios enteramente y Él os recibirá en Júbilo.
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