CENTRO DE TRABAJO

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miércoles, 3 de junio de 2015

TODOS QUEREMOS VIVIR MEJOR, SER FELICES Y ESTAR SANOS

Todos queremos ser felices, vivir mejor.
Entretanto, oigamos a la experiencia.
La felicidad no es una alfombra mágica. Ella nace de los bienes que usted esparce, no de aquellos que se amontonan inútilmente.
Tanto esto es verdad que la alegría es la única donación que usted puede hacer sin poseer ninguna.
Usted puede estar en dificultades y suprimir muchas dificultades de los demás.
Aunque a veces sin ningún consuelo, usted dispone de inmensos recursos para reconfortar y levantar a los hermanos en pruebas o desvalimiento. 
La receta de Vida mejor será siempre mejorarnos, a través de la mejoría que vengamos a realizar para los demás.
La Vida es un don de Dios en todo. Y quien sirve solo para sí no sirve para los objetivos de la Vida, porque vivir es participar, progresar, elevar, integrarse.
Si aspiramos vivir mejor, escojamos el lugar de servir en la causa del bien de todos.
Para eso, usted necesita condicionarse a los puntos de vistas ajenos.
Fórmese en la hilera de los servidores que sean afines con sus aptitudes.
Alístese en cualquier servicio en el bien común.
Es tan importante colaborar en la higiene de su barrio o en la construcción de una escuela, cuanto auxiliar a un niño necesitado o dar apoyo a un enfermo.
Procure la Paz, garantizando la Paz donde esté.
Viva en seguridad, cooperando en la seguridad de los demás.
Aprendamos a entregar lo mejor de nosotros a la Vida que nos rodea y la Vida nos hará recibir lo mejor de ella misma. 
Sea feliz, haciendo felices a los demás.
Salga usted mismo al encuentro de los demás, pero no murmure, ni se queje contra nadie. Y los demás nos harán encontrar a Dios.
No juzgue que semejante instrucción sea asunto únicamente para usted, que se halla en la Tierra. Si usted cree que los llamados muertos está en una Paz gratuita, el engaño es suyo, porque  los muertos, si quieren Paz, que aprendan a salir de sí mismos y a servir también.
Por lo tanto, si aspiramos a vivir mejor, ayudemos a vivir a los demás, ya que según la Ley de Causa y Efecto, todo lo que sale de nosotros, a nosotros vuelve.
Demos odios y recogeremos tempestades, demos Paz y recogeremos Amor.
Esa es la promesa del Señor y se cumplirá, ¡BENDITO SEA!

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